martes, 14 de febrero de 2012

El juego en sociedad (III)


Si durante una reunión decidimos jugar, no debemos pasarnos toda la noche jugando, ya que podríamos dar la imagen de que es un vicio, y eso es muy feo. Lo mejor es alardear un desapego indiferente y no abandonar al resto de los invitados. De manera general, cuando se termina de armar la mesa de juego, la señora de la casa debe tomar tantas cartas, como necesite, teniendo en cuenta el número de jugadores que van a formar parte de la partida y las va a presentar, eso sí, comenzando por la persona que más respete. Aceptar una carta es igual a comprometerse a jugar. Eso sí, ten en cuenta que la señora de la casa es muy raro que participe en la partida, a no ser que haya pocos jugadores alrededor de la mesa, más si juega, no podrá abandonar la partida, a menos de que no sepa jugar al tipo de juego, que eligieron los jugadores. Si proponemos jugar con partidas de poco valor económico, podría ser visto como algo mezquino; si decidimos mucho dinero, podríamos ser vistos como avariciosos o que nos gusta demasiado el juego. Por eso, se recomienda que consultemos a nuestros compañeros. Las señoritas nunca juegas, al menos, si no estamos ante un juego de poca importancia, como puede ser la lotería o la veinte y una.
Foto: fuente

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